Ir al contenido principal

¿Girona o Gerona?: Toponimia "impropia"

En estos últimos tiempos en los que la "cuestión catalana" ha pasado a formar parte del día a día de los medios de comunicación españoles, el tema de la toponimia de los territorios bilingües ha vuelto a ser motivo de algunas desavenencias, a falta de un único criterio sobre la materia. En lo que a Cataluña respecta, hace años que los periódicos generalistas con sede en Barcelona, es decir, La Vanguardia y El Periódico, vienen haciendo uso de topónimos en catalán para referirse a ciudades y lugares de los territorios de habla catalana, incluso en sus ediciones en castellano. Por este motivo, el lector podrá encontrar en las páginas de ambos diarios titulares como "Carles Puigdemont, alcalde de Girona, será el próximo presidente de Catalunya". Desde un punto de vista ortográfico, muchos (especialmente en Cataluña) no verán en dicho enunciado nada fuera de lo común, pero para algunos, como servidor, esta frase pasará a engrosar la interminable lista de pequeñas patadas lingüísticas que desde hace años se vienen dando al castellano en algunos medios y organismos, entre otros, en aras de una supuesta reparación histórica para con las culturas no castellanas de España.

Durante mis años de universidad como estudiante de Traducción e Interpretación, se me repitió por activa y por pasiva que los endónimos (topónimos en la lengua del lugar), fueran en el idioma que fueran, se traducían (en este caso, al castellano) si existía un equivalente (exónimo) con tradición literaria. De esta manera, y por poner algunos ejemplos, al igual que en castellano se dice, porque existe tradición literaria, Londres, y no London; Milán, y no Milano; Múnich, y no München, Moscú, y no Moskvá (o Москва)Nueva York, y no New York; también se dice... ¡ay, pobre de mí!, Gerona, y no Girona;  o Lérida, y no Lleida. De igual modo, en castellano no se traducen topónimos como Aix-en-Provence o Seattle, por el simple hecho de que no existe ningún tipo de exónimo con tradición literaria en este idioma, por lo que se utilizan los endónimos en francés e inglés, respectivamente. Sé que, llegados a este punto, muchos de los que estén leyendo este escrito estarán en total desacuerdo con lo expresado y  aducirán, volviendo al tema de los topónimos catalanes, que los nombres de ciudades nunca se traducen (lo que no es cierto, tal y como ahora veremos) y que denominaciones como Girona, Lleida o Catalunya son correctas en castellano porque son simple y llanamente los nombres oficiales de aquellos lugares. A todos aquellos que razonen así, siento decirles que están mezclando churras con merinas, ya que una cosa es el nombre oficial de un lugar, y otra, el nombre que dicho lugar recibe en otro idioma.  Pongamos un ejemplo: todos damos por hecho que el nombre oficial de la capital danesa es Københaven (en danés, idioma oficial y mayoritario en aquella ciudad), pero nadie (pedantes aparte) la llamará así, sino Copenhague, si habla o escribe en castellano, o Copenhaguen, si hace lo propio en catalán. De igual modo, los catalanes, cuando hablamos en catalán, utilizamos nuestros propios exónimos para referirnos a las ciudades del resto de España, a pesar de que éstas tengan lógicamente un nombre oficial en otro idioma, sea éste el castellano, el gallego o el euskera. Por ende, decimos y escribimos Saragossa, Terol, Cadis, Conca, Xerez, Sant Sebastià o La Corunya. Si siguiéramos la lógica de aquellos que pretenden que en castellano se diga Girona (con un fonema inexistente en castellano, lo que lleva a muchos a decir cacofónicamente "Yirona"), deberíamos corresponder y decir, por ejemplo, León, e incluso Llión (el endónimo en asturleonés), en vez de Lleó, cuando hablemos en catalán, cosa que, en mi humilde opinión, sería totalmente absurda. 

Aún y así, parece ser que esta curiosa norma de no traducir ciertos topónimos (los catalanes, en este caso) sólo afecta al castellano. Para muestra, un botón: he aquí una captura de pantalla muy ilustrativa de este sinsentido, extraída del portal de turismo de la Generalitat (¿o debería decir Generalidad?).


En la imagen de esta campaña, cuyo eslogan en catalán es "Catalunya és casa teva", vemos, por ejemplo, que en inglés dicha frase se ha traducido como Catalonia is your home, mientras que en francés se ha optado por Catalogne c'est chez vous, y en alemán por Katalonien ist dein zuhause; en castellano, en cambio, se ha preferido escribir Catalunya es tu casa. Sobran comentarios...

Asimismo, huelga decir que el origen de todo este embrollo toponímico tiene un origen político, hasta tal punto de que hoy en día, para muchos, decantarse por esta o aquella forma a la hora de escribir o decir un topónimo concreto (Cataluña o Catalunya, por ejemplo) supone una adscripción implícita a una tendencia política u otra. Los medios de comunicación no es que ayuden demasiado, precisamente; quizás porque anden igual de perdidos que el común de los mortales con este asunto. Y si no, que se lo digan a los reporteros de 8 al dia, que en un afán, imagino, de querer contentar a todos se sacaron de la manga durante las pasadas elecciones generales un nuevo nombre para La Coruña: A Corunya. Señoras y señoras, acaba de nacer el catalego.

Comentarios

  1. Estoy muy de acuerdo contigo. En eldiario.es, el diario que más suelo leer, siempre suelen poner los nombres catalanes en catalán en textos en castellano, y eso, para mí, es una falta ortográfica mayúscula xD Catalunya es Cataluña en castellano y Catalonia en inglés, y no hay ningún problema. Igual que yo no me siento ofendido cuando dicen Valencia, en vez de València, con vocal abierta en la e. Hay una politización del lenguaje penosa.

    ResponderEliminar
  2. ¡Qué interesante! Llevo años diciendo lo mismo... ¿Por qué tengo que decir "A Coruña" o "Lleida" si no digo "Stockholm" o "Porto"? Después de leer tu artículo podré argumentarlo mejor cuando vuelva a salir este tema en alguna conversación :-)

    ResponderEliminar
  3. Lo curioso es que los nombres de Gerona, Cataluña, Barcelona o Lérida NO SON CASTELLANOS, SINO CATALANES. Las dos variantes Gerona y Girona, Lleida y Lérida, Barcelona y Barsæλόna, Cataluña y Cataluña se generan en el ámbito local, y de ahí una se extiende al resto de España, y la otra se usa regularmente sólo en Cataluña, y, en su tradición secular, sólo en el dialecto local. Cualquier barcelonés dice Barcelona en español y Barσσæλοna en catalán. Uno de Gerona decía Gerona en español y Girona cuando habla catalán. Figueras siempre ha sido Figueras, como los apellidos Casas y Carreras. Junqueras se pronuncia con JOTA. Que las poblaciones tengan nombres distintos según él idioma en que los cines es lo más normal del mundo: Milano o Milán, Florencia o Firenze, Madrid o Madril, Castellón o Castelló.Zaragoza o Saragossa, Ginzo o Xinzo, San Sebastián o Donostia. Castellón o Castelló, Bayonne o Bayona o Baiona. Como dice el refrán: cada oveja, con su pareja.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Lo más visto de la semana

Soliloquio de Fernanda del Carpio

Rescato en el día de Sant Jordi de hoy este fragmento de la gran obra de Gabriel García Márquez "Cien años de soledad", en el que la altiva y a la vez incomprendida Fernanda del Carpio, mi personaje favorito de la novela, estalla y, a modo de soliloquio, empieza a soltar lo que su viperina lengua ha callado durante tanto tiempo: Aureliano Segundo no tuvo conciencia de la cantaleta hasta el día siguiente, después del desayuno, cuando se sintió aturdido por un abejorreo que era entonces más fluido y alto que el rumor de la lluvia, y era Fernanda que se paseaba por toda la casa doliéndole de que la hubieran educado como una reina para terminar de sirvienta en una casa de locos, con un marido holgazán, idólatra, libertino, que se acostaba bocarriba a esperar que le llovieran panes del cielo, mientras ella se destroncaba los riñones tratando de mantener a flote un hogar emparapetado con alfileres, donde había tanto que hacer, tanto que soportar y corregir desde que amanecía

"Allévoy": la desastrosa localización de Final Fantasy VII

Allá por 1997 llegó al mercado español un videojuego que habría de hacer historia. El videojuego en cuestión, Final Fantasy VII , supuso en efecto un antes y un después en varios aspectos: fue la aceptación definitiva por parte del gamer  español (y occidental, en general) de un género como el juego de rol japonés (JRPG), hasta entonces con una cuota de mercado más bien reducida; para Sony significó el espaldarazo definitivo para su recién nacida Playstation, que veía consolidado su catálogo con un videojuego que el devenir convertiría en obra de culto; y para los traductores sentó un precedente en la aún incipiente localización de videojuegos. Y no precisamente en el buen sentido... A día de hoy, no hay gamer español que se precie de ser llamado tal al que no le suene el "allévoy" de Cloud, el protagonista del juego. Y es que, por si algún lector despistado aún no se ha percatado, la localización al español de la obra de Squaresoft se convirtió en un ejemplo de cómo no tra

Hangeul: el alfabeto coreano

A diferencia de sus vecinos chinos o japoneses, a la hora de escribir los coreanos no utilizan los  ideogramas  que a la mayoría de occidentales se les antojan enrevesados e ininteligibles. En la península coreana cuentan con su propio alfabeto llamado hangeul (o hangul). Se considera uno de los alfabetos más eficientes y concisos del mundo, lo que le ha merecido elogios por parte de muchos lingüistas debido, principalmente, a su funcionamiento científico y racional: "El hangeul debe ser considerado uno de los mayores logros intelectuales de la humanidad." Geoffrey Sampson, lingüísta y profesor, Universidad de Sussex "El hangeul es el mejor sistema de escritura del mundo ya que se fundamenta a partes iguales en principios filosóficos tradicionales y en teorías científicas." Werner Sasse, profesor, Universidad de Hamburgo "El hangeul es el sistema de escritura fonémica más avanzado del mundo y se sitúa por delante del alfabeto latino." Umeda Hi

Los tres "idiomas" de Bosnia-Herzegovina

Lingüísticamente hablando, como practicamente en todas los aspectos, Bosnia-Herzegovina se encuentra hoy dividida. Sin embargo, la fragmentación lingüística es solamente simbólica. Hasta la desintegración de Yugoslavia a principios de los 90, el serbocroata era una lengua estandarizada con dos variantes (la occidental o croata, y la oriental o serbia) y dos variedades (la hablada en Bosnia-Herzegovina y la hablada en Montenegro). Las variantes contienen muchas palabras exclusivas e inexistentes en la otra, mientras que las variedades toman elementos de ambas variantes. El serbocroata seguramente se habría dividido en croata y serbio mucho antes si no hubiera sido por la situación multiétnica de Bosnia-Herzegovina. La tesis de "una nación, un idioma" no funcionaba en Bosnia ya que los miembros de todas las naciones hablaban la misma variedad de la lengua bosnia. Nadie podía distinguir a un serbobosnio de un bosnio musulmán o croata tan sólo por su manera de hablar. La leng

Bocaccio, el templo de la Gauche Divine

Estos días puede visitarse en el Palau Robert la exposición Bocaccio - El templo de la Gauche Divine , dedicada a la mítica sala de la zona alta barcelonesa. Sita en los bajos del 505 de la calle Muntaner entre 1967 y 1985, la sala Bocaccio aportó durante gran parte de su existencia un toque de color y transgresión en el anodino gris tardofranquista de la época. La boîte , ideada por Oriol Regàs , ha quedado en el imaginario colectivo de Barcelona como el lugar al que acudía a divertirse la gente bien de izquierdas de la ciudad, colectivo también conocido con el apelativo de  Gauche Divine . Dicho término, acuñado por Joan de Sagarra , fue utilizado por primera vez en un artículo de la revista Tele/eXprés en octubre de 1969 a raíz de la fiesta de presentación de Tusquets Editores, aunque perduraría hasta nuestros días como sinónimo de una Barcelona, a menudo demasiado mitificada, que eclosionó malgré tout a finales del franquismo, e irónicamente empezó a diluirse en el recuerdo tr