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Réquiem por Alibri, librería de referencia para el aprendizaje y enseñanza de idiomas

Librería Alibri

La histórica librería Alibri, una de las más emblemáticas de la Ciudad Condal y casi centenaria, bajará la persiana antes de finalizar el año. Así lo han decidido los propietarios del establecimiento, que hace una semana se lo comunicaron a sus 28 trabajadores. Según ha confirmado el gerente de la librería a los medios de comunicación, la fecha todavía no está clara y asegura que el motivo del cierre es que "ha terminado una etapa". En ningún caso, dice, responde a una cuestión exclusivamente económica, sino al momento complejo que vive la cultura. Las grandes plataformas online, con “precios imposibles” hacen muy difícil la supervivencia de negocios como éste en las grandes ciudades. El proceso de cierre, al parecer, se hará de forma tranquila y con tiempo "para despedirse de todos los clientes". Desde la librería lamentan la situación, pero creen que es preferible cerrar antes de ver una “degradación del negocio”. Creen que los cambios llevan "cosas positivas" e, incluso, no se descarta que en un futuro los trabajadores reabran la librería en otro sitio.

Una librería casi centenaria

Situada en el 26 de calle Balmes, entre Gran Via y Diputació, la antigua librería Herder (cambió su nombre por el actual, Alibri, en 1999) abrió sus puertas en 1925, por lo que dentro de tres años -en 2025- habría sido un establecimiento centenario. Detrás del proyecto estaba la editorial Herder de Friburgo (Alemania), fundada en 1801. Especializada en filosofía y religión, cuando su producción editorial empezó a contar con un fondo de cierta importancia en lengua castellana, se contempló la posibilidad de abrir una librería en un país de habla hispana. Tras descartarse Argentina, la editorial alemana puso sus ojos en España y finalmente optó por instalarse en Barcelona, en detrimento de Madrid.

En plena Guerra Civil, la tienda fue expropiada por el bando republicano y fue obligada a interrumpir su actividad. Hasta que Antonio Valt, el antiguo gerente de la librería, la pudo recuperar en una subasta pública. No obstante, la entonces denominada Herder no solo sufrió las dificultades de la posguerra, sino que también tuvo que superar una serie de conflictos con la Comisión Interaliada tras la Segunda Guerra Mundial, dado que se trataba de una empresa de origen alemán.

Vicisitudes históricas aparte, si por algo ha destacado la actual Alibri a lo largo de las últimas décadas es por ser un referente para los universitarios barceloneses. La Universidad de Barcelona, cuyo edificio central se sitúa a pocos metros de la librería justo en la acera de enfrente de calle Balmes, le otorgó el título de librería académica y de proveedor oficial como reconocimiento a la calidad editorial y a la pluralidad de ejemplares en temas relativos a la docencia.

Una librería de referencia para el aprendizaje y enseñanza de lenguas

El cierre de Alibri supone también un duro golpe a la difusión de la cultura en idiomas extranjeros. Aproximadamente un tercio del fondo bibliográfico que atesora el negocio está escrito en inglés, francés, italiano y alemán. La librería dispone también de un extenso catálogo en otros idiomas, algunos de ellos minoritarios, prácticamente imposibles de localizar en otras tiendas de la ciudad, amén de una interesante colección de El Principito en multitud de lenguas. Por este motivo, la librería también es proveedor de las distintas Escuelas Oficiales de Idiomas que operan en la ciudad. Ello ha hecho de Alibri todo un referente en Barcelona para el aprendizaje y enseñanza de lenguas extranjeras, estatus que, con el inminente cierre antes de finales de año, parece improbable que vaya a ocupar otra librería, habida cuenta de que, hoy por hoy, no existe en toda la ciudad otro local con unas características similares. Su lugar, pues, y como viene siendo habitual en los tiempos que corren, lo ocuparán los que han sido, en gran parte, sus verdugos: las plataformas de venta online. 

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