Ir al contenido principal

El coreano y el paralelo 38

Al sur de la frontera que lleva dividiendo dos sociedades hermanas durante tanto tiempo, multitud de palabras nuevas llegan rápidamente a rebufo de la globalización. De este modo, para los surcoreanos, términos de origen inglés como "shampoo" (champú), "juice" (zumo, jugo) y "selfservice" (autoservicio), son palabras de uso diario. Para los desertores norcoreanos, en cambio, no significan absolutamente nada. Si se cambian las tornas, también se puede aplicar el mismo principio: la gente de Seúl se extraña al oír palabras tan norcoreanas como "salgyeolmul" (살결물), que literalmente significa "agua para la piel"  (lo que en el Sur sería "skin lotion" o crema hidratante). Dos países, enemigos mortales, unidos por lazos históricos, familiares... y lingüísticos, aunque hasta un cierto punto. La división de la península coreana, que dura ya más de siete décadas, ha creado una creciente barrera lingüística que da lugar a malentendidos, ofensas y, algunas veces, incluso risas. Dicen los expertos que la brecha es tan ancha que cerca de una tercera parte de las palabras cotidianas usadas en ambos países es diferente. Por lo general, norcoreanos y surcoreanos pueden entenderse, dado que la mayoría de las palabras y la gramática es aún la misma. Sin embargo, las diferencias muestran cómo el lenguaje puede cambiar cuando la mitad del país se transforma en una potencia económica mundial, y la otra se aísla, recelosa de cualquier influencia extranjera.

Seúl
La influencia americana en Corea del Sur, ya sea mediante la presencia militar estadounidense, las relaciones económicas o el mundo de Hollywood, ha inundado el coreano de esta zona de préstamos ingleses y ha dado lugar al conocido como "Konglish", que usa palabras inglesas con un significado diferente del original, como "handle" para referirse al volante, "hand phone" para el teléfono móvil o "manicure" para el esmalte de uñas. A ojos de Corea del Norte, todo esto no es más que una evidencia de que el Sur es una colonia cultural estadounidense. Cuando Pak Mil-ok llegó por primera vez a Corea del Sur después de haber huido del Norte en 2002, una camarera de un restaurante le dijo que el agua era "self-service", una expresión inglesa que ella jamás antes había oído. La timidez le impidió admitir que no había entendido lo que le habían dicho, por lo que acabó comiendo sin beber agua. "Me daba reparo que la camarera me mirase mal", dice Pak. Al poco tiempo, empezó a trabajar en restaurantes, no obstante al principio tuviera dificultades para entender a los clientes. "Pensaba que hablaban otro idioma", comenta. Poco a poco Pak fue aprendiendo la nueva jerga, y en una reciente entrevista con este medio ya utilizaba palabras como "stress" (estrés, agobio) o "claim" (reclamación o queja), que no se usan en el Norte.

Pionyang
El aislamiento del Norte y el culto a la familia gobernante, los Kim, también ha distorsionado la lengua. "Suryong" (수령) es el título que ostentan el líder fundador de Corea del Norte, Kim Il Sung, y su hijo, Kim Jong Il, padre del actual líder, Kim Jong Un. Pero en el Sur, este término se usa tan sólo para referirse a  los líderes locales y regionales propios de la época medieval. Las ansias de Pionyang por "purificar" el lenguaje bajo el amparo de la filosofia de autosuficiencia "Juche" (주체) es tal, que se elimina cualquier palabra de origen extranjero y se usan substitutos de cosecha propia. Champú ("shampoo", en el Sur) se dice "meorimulbinu" (머리물비누o, lo que es lo mismo, "jabón de agua para el pelo", y zumo ("juice", para un surcoreano) es "danmul" (단물), literalmente "agua dulce". Estas diferencias fascinan y divierten, a partes iguales, a los surcoreanos, a los que les encanta utilizarlas a modo de pregunta en concursos y comedias de televisión. Incluso frases tan inocentes como "a ver si quedamos para comer algún día" pueden llevar a malentendidos, ya que se utilizan en el Sur para dar por terminadas de manera amable las conversaciones, incluidas aquellas con conocidos. Sin embargo, los recién llegados de Corea del Norte se toman estas invitaciones de manera literal, y a menudo se muestran consternados u ofendidos al no recibir luego ninguna llamada para concretar una cita. "Si alguien utilizara las palabras de un modo tan vacío en Corea del Norte, la relación se acabaría inmediatamente y a esa persona se la tildaría de desleal", dice un desertor que ha pedido no ser identificado para no poner en riesgo a sus familiares, que permanecen en el Norte. Los lingüistas dicen que un norcoreano tarda de media unos dos años para sentirse cómodo a la hora de hablar en Corea del Sur.

La brecha comunicativa se ensancha aún más cuando se trata de terminología técnica como la médica o la tecnológica, según Han Yong-un, un lingüista surcoreano. "Cerca de dos terceras partes de los términos médicos son distintos", afirma. "Creo que sería imposible que doctores norcoreanos y surcoreanos pudieran trabajar juntos en una misma sala de operaciones", concluye Han. Durante los últimos diez años, ha habido esfuerzos para crear un diccionario conjunto que contenga 330.000 palabras de ambos países, lo que supone un raro ejemplo de cooperación. Pero, tal y como suele suceder, las tensiones políticas interfieren en el proceso. Los encuentros para llevar a cabo tal propósito no se han retomado hasta este pasado julio, después del parón de más de cuatro años que supuso el hundimiento de un buque de guerra surcoreano en 2010. Sin embargo, la nueva ronda de encuentros, en un principio prevista para el pasado mes, no ha tenido lugar tras el enfado de Corea del Norte por las maniobras militares que Corea del Sur y Estados Unidos realizan anualmente cada primavera. Incluso los expertos lingüísticos de ambos países pueden tener problemas a la hora de entenderse. El lingüista surcoreano Kim Byungmoon cuenta que, durante el encuentro del año pasado en Pionyang, intentó explicar el uso que dan en Corea del Sur a la palabra inglesa "glamour" como sustantivo para referirse a una mujer sensual; sin embargo, a los investigadores norcoreanos les costó entender el uso de la misma.

Diferencias entre el Sur y el Norte

Dado que en ambos países imperan sistemas políticos y económicos completamente distintos, también conlleva cierto tiempo aprender las connotaciones asociadas a algunas palabras. En Corea del Sur, por ejemplo, "spec" se refiere a las cualificaciones y credenciales que un universitario necesita para conseguir un buen puesto de trabajo. "Si bien un desertor norcoreano puede aprender de manera rápida lo que la palabra significa literalmente, éste tarda mucho más en entender el inmenso estrés que la misma supone para los jóvenes que buscan trabajo en una sociedad tan competitiva como la surcoreana", dice Jeon Young-sun, profesor de la Universidad Konkuk de Seúl. Por el contrario, a los surcoreanos les cuesta entender el impacto emocional que supone para un norcoreano la expresión "saenghwal chonghwa" (생활 총화), que son encuentros periódicos que se celebran en el Norte, en los que se pide a los asistentes que reflexionen sobre su comportamiento y se hagan críticas los unos a los otros. La frase, que literalmente significa "discusiones de grupo sobre la vida diaria", no se usa en Corea del Sur. "Cuando vivía en el Norte, todos estábamos hartos y cansados de estas reuniones", dice la norcoreana Pak. "Todavía se me pone la piel de gallina cuando oigo esa palabra".

TRADUCCIÓN: Antonio Tena Corredera

Entradas relacionadas:

Comentarios

Lo más visto de la semana

"Allévoy": la desastrosa localización de Final Fantasy VII

Allá por 1997 llegó al mercado español un videojuego que habría de hacer historia. El videojuego en cuestión, Final Fantasy VII , supuso en efecto un antes y un después en varios aspectos: fue la aceptación definitiva por parte del gamer  español (y occidental, en general) de un género como el juego de rol japonés (JRPG), hasta entonces con una cuota de mercado más bien reducida; para Sony significó el espaldarazo definitivo para su recién nacida Playstation, que veía consolidado su catálogo con un videojuego que el devenir convertiría en obra de culto; y para los traductores sentó un precedente en la aún incipiente localización de videojuegos. Y no precisamente en el buen sentido... A día de hoy, no hay gamer español que se precie de ser llamado tal al que no le suene el "allévoy" de Cloud, el protagonista del juego. Y es que, por si algún lector despistado aún no se ha percatado, la localización al español de la obra de Squaresoft se convirtió en un ejemplo de cómo no tra

Hangeul: el alfabeto coreano

A diferencia de sus vecinos chinos o japoneses, a la hora de escribir los coreanos no utilizan los  ideogramas  que a la mayoría de occidentales se les antojan enrevesados e ininteligibles. En la península coreana cuentan con su propio alfabeto llamado hangeul (o hangul). Se considera uno de los alfabetos más eficientes y concisos del mundo, lo que le ha merecido elogios por parte de muchos lingüistas debido, principalmente, a su funcionamiento científico y racional: "El hangeul debe ser considerado uno de los mayores logros intelectuales de la humanidad." Geoffrey Sampson, lingüísta y profesor, Universidad de Sussex "El hangeul es el mejor sistema de escritura del mundo ya que se fundamenta a partes iguales en principios filosóficos tradicionales y en teorías científicas." Werner Sasse, profesor, Universidad de Hamburgo "El hangeul es el sistema de escritura fonémica más avanzado del mundo y se sitúa por delante del alfabeto latino." Umeda Hi

El español en las calles filipinas

Si caminando por las calles de una ciudad se encontrara en calles llamadas  TORDESILLAS, BENAVIDEZ, URDANETA, DURANGO y PADRE BURGOS, y se viera en ciudades llamadas PAMPLONA, TOLEDO, PONTEVEDRA, CORDOBA, SANTANDER, BARCELONA Y CUENCA, podría pensar perfectamente que se encuentra en España, ¿no es así? Y si fuera a viajar por ciudades llamadas NUEVA ECIJA, NUEVO MEXICO, NUEVO LEON, o por otras llamadas PROSPERIDAD, LA PAZ,  ESPERANZA, e incluso por ciudades llamadas LOS BAÑOS, y LAS PIÑAS, por no nombrar otros como SAN IDELFONSO, SAN RAFAEL Y SAN ANDRÉS , y se encontrara de nuevo en calles llamadas BUENAVISTA, BUEN CAMINO, BIEN UNIDO, Y ESPAÑA , podría en este caso estar en algún país que hubiera sido colonia de España, ¿no es verdad?  Pero si continuara su camino y encontrara un cartel por la calle en el que pusiera METRO GWAPO , un letrero por detrás de un camión en el que pusiera DISTANSYA AMIGO , una señal de un hospital escrito OSPITAL , y una farmacia cuyo

Los tres "idiomas" de Bosnia-Herzegovina

Lingüísticamente hablando, como practicamente en todas los aspectos, Bosnia-Herzegovina se encuentra hoy dividida. Sin embargo, la fragmentación lingüística es solamente simbólica. Hasta la desintegración de Yugoslavia a principios de los 90, el serbocroata era una lengua estandarizada con dos variantes (la occidental o croata, y la oriental o serbia) y dos variedades (la hablada en Bosnia-Herzegovina y la hablada en Montenegro). Las variantes contienen muchas palabras exclusivas e inexistentes en la otra, mientras que las variedades toman elementos de ambas variantes. El serbocroata seguramente se habría dividido en croata y serbio mucho antes si no hubiera sido por la situación multiétnica de Bosnia-Herzegovina. La tesis de "una nación, un idioma" no funcionaba en Bosnia ya que los miembros de todas las naciones hablaban la misma variedad de la lengua bosnia. Nadie podía distinguir a un serbobosnio de un bosnio musulmán o croata tan sólo por su manera de hablar. La leng

Soliloquio de Fernanda del Carpio

Rescato en el día de Sant Jordi de hoy este fragmento de la gran obra de Gabriel García Márquez "Cien años de soledad", en el que la altiva y a la vez incomprendida Fernanda del Carpio, mi personaje favorito de la novela, estalla y, a modo de soliloquio, empieza a soltar lo que su viperina lengua ha callado durante tanto tiempo: Aureliano Segundo no tuvo conciencia de la cantaleta hasta el día siguiente, después del desayuno, cuando se sintió aturdido por un abejorreo que era entonces más fluido y alto que el rumor de la lluvia, y era Fernanda que se paseaba por toda la casa doliéndole de que la hubieran educado como una reina para terminar de sirvienta en una casa de locos, con un marido holgazán, idólatra, libertino, que se acostaba bocarriba a esperar que le llovieran panes del cielo, mientras ella se destroncaba los riñones tratando de mantener a flote un hogar emparapetado con alfileres, donde había tanto que hacer, tanto que soportar y corregir desde que amanecía