
Moreneta fang venerada por los indígenas del Río Muni |
La impronta catalana en el lugar, sin embargo, se remonta a mucho antes de la creación del Centro de Ikunde. Prueba de ello es la llegada en 1883 a la isla de Fernando Poo de los misioneros claretianos (la mayoría de ellos procentes de la zona del Bages), con la intención de evangelizar a los nativos del lugar. Dicha orden trasladó algunas liturgias propias, como la veneración de la Moreneta, a las cuales se sumaron muchos lugareños, tal y como recoge la exposición, junto a otros documentos y tratados de clara estampa colonial y, por qué no decirlo, tambien racista (como el libro "Capacidad Mental del Negro). En cualquier caso, la principal motivación para colonizar el territorio no fue evangelizadora, sino puramente económica. Al poco de hacerse efectiva y constante la presencia española durante la segunda mitad del siglo XIX, la isla de Fernando Poo se convirtió en el centro neurálgico de las primeras casas comerciales y explotaciones agrícolas por parte principalmente de compañías catalanas, como Rius y Torres o Buxeres Hermanos y Font. El principal producto de comercio de estas empresas fue el cacao. Sin embargo, el sistema arancelario vigente en aquel momento perjudicaba seriamente a la salida del producto al mercado español. El problema residía en el hecho de que el cacao procedente de Guinea no era considerado un producto nacional, motivo por el cual debía de pagar impuestos al llegar a los puertos españoles, principalmente el de Barcelona. Este freno al comercio colonial se corrigió en 1891, pero después de la pérdida de Cuba, Puerto Rico, Filipinas y demás posesiones españolas en el océano Pacífico, el Gobierno español retomó la fiscalidad al cacao guineano. Con estos impuestos, el Gobierno pretendía sufragar los ingentes gastos que generaba Fernando Poo como territorio colonial a las arcas públicas españolas, que se hallaban mermadas tras el Desastre de 1898.
Libro expuesto en la exposición Ikunde |
"Ikunde. Barcelona, metrópoli colonial" pretende arrojar un poco de luz en un capítulo tan desconocido de la ciudad y, gracias a los documentos, objetos, imágenes y explicaciones que conforman la muestra, el visitante podrá darse cuenta, tal y como indica el comisario de la misma, Alberto López Bargados, de que la participación catalana en la experiencia colonial no vino forzada por las circunstancias, sino que, por el contrario, tanto la consolidación como la conformación de la colonia guineana eran dirigidas y auspiciadas en gran medida por el papel emprendedor de las élites burguesas barcelonesas.
La gloria de la iniciativa en las gestiones
para establecer corrientes de comercio
entre la Guinea española y la Península
corresponde a Barcelona.
Ricardo Beltrán y Rózpide, 1915
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Mapa del Río Muni expuesto en la muestra |
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